Las últimas medidas anunciadas por el Gobierno para intentar cumplir las exigencias europeas conllevan una subida de las retenciones a cuenta del IRPF para los profesionales, que desde el próximo 1 de septiembre se elevan hasta el 21% para los años 2012 y 2013. Después, y según el Real Decreto-ley 20/2012, ese porcentaje disminuirá hasta el 19%.
La retención del IRPF no es otra cosa que un adelanto de los profesionales para financiar al Estado, que se regulariza cada año en la declaración de la Renta, puesto que a aquellos a los que se le ha retenido mucho durante el año anterior, le sale a devolver. Con esta medida, el Gobierno obtiene de forma inmediata más dinero, y cómo también modificó los porcentajes en las rentas, se garantiza que los ciudadanos paguen antes y más sobre sus impuestos.
Sin embargo, la medida no afectará igual a todos los autónomos. Aquellos que en el epígrafe del IAE estén en actividad empresarial no aplican retención de IRFP a sus cobros pero tienen que hacer una declaración trimestral del IRPF en la que adelantarán un 20% de su rendimiento neto. Por su parte, los que están en el epígrafe de actividad profesional, tienen que aplicar en sus facturas una retención del 21% sobre sus ingresos brutos.
La única excepción a esta nueva normativa es para los trabajadores autónomos que están utilizando un tipo reducido de retención como consecuencia de encontrarse en los primeros años de ejercicio profesional. Ellos tendrán que retener el 9%.